domingo, 10 de febrero de 2013

Berkeley se opone al TPP

Quien en el Perú se podría imaginar que el Consejo de la ciudad californiana de Berkeley, reconocida por ser la sede de una de las mejores universidades del mundo, haya enviado una carta a una representante y dos senadores por el Estado de California en el Congreso de los Estados Unidos, y al propio presidente Obama manifestando su oposición a la negociación del mega tratado de libre comercio, Trans Pacific Partnership Trade Agreement (TPP). Este acuerdo que ya lleva quince rondas de negociaciones y que involucra a varios países con costa pacífica de América, Asia y Oceanía (Estados Unidos, Canadá, México, Perú, Chile, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Australia y Nueva Zelanda) dispuestos a pactar sobre temas de propiedad intelectual, protección de inversiones, liberalización arancelaria, entre otros ítems del libre comercio, se viene cocinando con un secretismo extremo. Tanto así que ni siquiera los congresistas de Estados Unidos, conocen los términos exactos de la negociación. 
Entre las preocupaciones que envuelven al TPP, destaca el aumento de los precios de las medicinas (ampliación de datos de prueba, etc.) y las prohibiciones para que la información circule libremente en internet (SOPA). En buena cuenta es un TLC mucho más agresivo que los que hemos visto hasta ahora. De ahí que la negociación se lleva en estricto privado. 
Es por eso que el Consejo Municipalidad de Berkeley expidió la Resolución 65,995-N.S. el 29 de enero pasado, en la que como ciudad se opone al TPP, tanto por su secretismo, como por los efectos negativos que implica para la economía norteamericana. 
En el primer caso, el Consejo señala que es inaceptable en una democracia la falta de transparencia en la que se cocina el TPP, lo que sienta un precedente negativo para otras negociaciones internacionales. 
En el segundo caso, el Consejo apoya el proyecto de ley presentado por el senador Sherrod Brown, denominado “Acuerdos de Libre Comercio y Acceso a Mercados en el Siglo XXI”, que defiende los intereses del pueblo norteamericano en términos de acceso real de sus productos manufacturados a otros mercados, promocionando el respeto de los derechos laborales consagrados por la OIT. Se busca desarrollo para la mayoría y no solo a un puñado de transnacionales. 
La carta con la resolución en anexo fue enviada a la representante Barbara Lee, a los senadores Dianne Feinstein y Barbara Boxer, y al presidente estadounidense el último día de enero. 
Pero esto no es aislado. Ya es conocido que las autoridades de Chile y Australia no estarían muy de acuerdo con todos los términos de la negociación, especialmente en lo que se refiere a propiedad intelectual, y eso pondría en riesgo el cierre de las negociaciones este año. 
A diferencia de Berkeley, en el Perú ni nos enteramos del riesgo del TPP. El ministerio de comercio negocia de lo más bien este acuerdo, y no se opone a nada. Es un TLC más, y ellos están convencidos por dogma de que eso es bueno y punto. 
No por gusto se ha escogido a Lima para que en mayo sea sede de la 17ª ronda de negociaciones del TPP, tras la de Singapur en marzo.

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