domingo, 16 de diciembre de 2012

Lo que se viene en el sector Trabajo

El explosivo exministro de Trabajo José Villena no tuvo tiempo para acabar del todo con la política de contención defensiva de los derechos laborales y sindicales que se impulsó en el Viceministerio de Trabajo desde que Pablo Checa, exdirigente de la CGTP, fue nombrado como viceministro al inicio del gobierno de Humala.
Si bien Villena empezó una misión antilaboral, lenta pero segura, desde que fue nombrado ministro hace un año, no tuvo tiempo para cumplir el objetivo de acabar totalmente con el impulso reformista de los primeros meses del actual régimen.
Recapitulando su paso por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, podemos decir que primero se encargó de diferir lo más que pudo el segundo tramo del aumento del sueldo mínimo, enfriando al mismo tiempo cualquier posibilidad de contar con un mecanismo de ajuste periódico. Y si no hubiese sido por el peso de la promesa de los 150 soles adicionales a la remuneración mínima, se hubiera volado sin asco los 75 soles pendientes.
Luego saboteó la Ley General de Trabajo para mandarla nuevamente a la congeladora. Se la pasó con declaraciones en contra del anteproyecto de Ley, hasta que encontró el contexto preciso para sacarla del debate público. Lo mismo hizo con el reglamento de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo y con el fortalecimiento de la inspección laboral, entre otros cambios que se habían dibujado.
Esperó pacientemente el momento adecuado para volarse a Checa. Pero allí el tiro le salió por la culata, porque no previó que Silvia Cáceres, la viceministra que remplazo al sindicalista, mantuviera una posición coherente de respeto hacia el trabajo y los sindicatos. Eso la puso en la mira de la Alta Dirección del Ministerio y por su puesto del tristemente célebre ministro pegalón, que solo estaba calculando el timing preciso para un nuevo relevo en esa área. Es que Cáceres no se movió de la línea Checa, manteniendo hasta la fecha a los directores que éste nombró.
Luego vino el episodio de Arequipa que envió a Villena a su domicilio y todos quedamos a la expectativa de quien lo reemplazaría. 
Pero al ver juramentar a una abogada de empresarios, a todas luces operadora de la Confiep, como es el caso de la Sra. Laos, muy cercana por cierto a la exministra de Trabajo aprista Manuela García (quien estará saboreando la posibilidad de hacerse de la dirección de conflictos laborales) que tiene el mismo filo pro patronal y que aún labora en el Ministerio; los días en que el Viceministerio de Trabajo conserva algo del espíritu laboral del candidato Humala, parecen estar contados.
No por gusto El Comercio ha publicado esta semana una editorial descaradamente antilaboral y antisindical, llena de prejuicios y sentidos comunes neoliberales en la que prácticamente le dice a la nueva ministra cual debe ser su agenda: facilitar los despidos y desregular más las relaciones laborales.
Se viene toda la maquinaria mediática para garantizar la masa crítica que aliente a Laos a terminar la labor que dejo pendiente Villena.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Pensando el futuro económico

El peor escenario que puede enfrentar el gobierno, es en el que a la inestabilidad social se le suma la inestabilidad económica. Que en medio de los pleitos por proyectos de inversión como Conga, o de las huelgas por más salarios, llegue el fin de la bonanza económica. Claro, con el elemento especial de este periodo: el malestar del núcleo duro de electores de Humala, que apostaba por salir del modelo neoliberal.
En los quince meses que tiene la presente gestión, hemos visto problemas sociales derivados de la etapa “conflicto del crecimiento”, en la que las luchas son por reparto de excedentes y por reglas de inversión, especialmente la extractiva. Las propuestas de “inclusión social” o “diálogo”, presentes en el discurso oficial, no lograron desinflar los conflictos duros.
Medidas como el reparto de tickets para adquirir gas barato en algunas provincias, o para meter candela a obras de infraestructura en el agro de pequeña escala mirando la experiencia Quellaveco, constituyen un esquema vulnerable. Primero, porque suponen que la crisis económica que vive el mundo no va a detener el crecimiento peruano, y segundo porque requieren de un Estado eficiente.Mientras no se relance la economía (diversificación productiva e industrialización saliendo de la lógica de libre comercio); junto con transformaciones en el régimen subsidiario del Estado, de la propiedad de los recursos naturales, y de la forma en que se negocia y trata al capital extranjero (modificaciones constitucionales), no podremos resolver los problemas de fondo.
Solo queda calcular el fin del boom económico. Sabemos por historia que todos los periodos de auge que ha vivido el Perú republicano se han relacionado con la explotación de algún recurso natural (guano, caucho, algodón, harina de pescado y ahora minerales), y que luego sobreviene el declive y la bancarrota fiscal. Lo dijo Basadre desde su “Perú: Problema y Posibilidad”, en las primeras décadas del Siglo XX.
¿Cuánto durará el actual crecimiento? Lo mismo que duren los precios altos de los commodities y los flujos de capitales. Esos dos elementos, centrales en el esquema económico de estos años, no dependen de decisiones nacionales, sino de medidas que toman los grandes del mundo, haciendo de nuestra economía una muy vulnerable.
Basta que alguien en Europa o Estados Unidos se de cuenta de que hay un poquito más de inflación de lo normal, para que las tasas de interés de referencia de sus bancas centrales dejen el nivel cero en el que están desde hace diez años, rompiéndose la lógica en la que los capitales vienen a las economías emergentes y las materias primas siguen en el top de su precio.
¿Cuánto aguantaremos el golpe en los ingresos fiscales y las cuentas externas? Lo que duren las reservas, el fondo de tesorería y otros guardados de Castilla, basados todos en los bajos salarios. Pero eso en el mejor de los casos mantendrá las grandes cifras en azul por un tiempo. El Perú seguirá siendo un país de misios pero con una tremenda crisis política.

domingo, 2 de diciembre de 2012

¿Por qué no vino Dilma?

Es bien raro eso de que la presidenta del Brasil no haya venido a la cumbre de Unasur en Lima por un problema de “agenda interna”.
Tratándose de una reunión prevista con anticipación, no cuadra que Dilma Rousseff haya cancelado unos días antes su presencia en la cita en la que empieza formalmente la presidencia pro témpore de Perú.
En realidad, estamos frente a un gesto político por el giro que ha dado Ollanta Humala en relación a América del Sur.
Para nadie es secreto que en el 2006, el entonces candidato era cercano al eje bolivariano, apartándose luego de éste a partir del 2009 y entablando relaciones con el eje Brasilia. Fue público que los principales asesores de la campaña del 2011 eran cuadros cercanos del Partido de los Trabajadores.
Pero ya en el poder, el presidente Humala se ha ido situando en el eje Washington. Primero descartó la asesoría brasileña en los programas sociales, dejando al BNDES por el Banco Mundial. Luego, las represas derivadas del convenio energético con Brasil quedaron en Stand By. Peor aún, los brasileños se enteraron por la prensa de que el gobierno peruano ya no compraría los Súper Tucano, reemplazándolos por los KT1 de Corea del Sur. Con ello la cooperación militar con Brasil pasó al olvido.
Ello generó que Dilma cancele su visita oficial al Perú, prevista para mayo pasado. Pero las relaciones se siguieron deteriorando, pues la Alianza del Pacífico (armonización de los TLC que Perú, Colombia, Chile y México tienen entre sí, con Estados Unidos y Centroamérica: el ALCA del Pacífico) que impulsa fuertemente la administración Humala, sedujo a los pequeños del Mercosur: Paraguay y Uruguay. Ello ocasionó la protesta del canciller brasileño Patriota en una visita que hizo a Lima en agosto.
Pero el plato fuerte en este divorcio fue el tema del gas, al quedar prácticamente desbaratado el proyecto Kuntur en el que iban a participar PetroPerú y Petrobras para montar un gasoducto y la industria petroquímica en el sur peruano.
El lobby Repsol-Hunt Oil lo hirieron de muerte en julio pasado, cuando el presidente anunció en su discurso por fiestas patrias, la construcción de otro proyecto gasífero. Y le dieron la estocada final, ahora que el gobierno no va a renovar la concesión del lote 58 a Petrobras, a pesar que ya tiene reservas probadas.
Doble rasero, pues si se trata de no renovar el contrato de Telefónica o renegociar condiciones con la Newmont, viene el chantaje de la seguridad jurídica y de la demanda multimillonaria ante el CIADI. Pero en este caso hay intereses más poderosos que los de la potencia suramericana y lógicamente que los de la industrialización del Perú.
Son aproximadamente 700 millones de dólares los que Petrobras exigirá al gobierno peruano por la inversión realizada y que queda en nada. Aunque en el mejor de los casos esto se soluciona con una operación de venta de la concesión. Lo relevante es que se está expulsando a Petrobras del negocio del gas peruano, lo que equivale a terminar de tirarle la puerta en la cara a Brasil. Por eso no vino Dilma.

domingo, 25 de noviembre de 2012

La industrialización de Humala

El gran reto de América Latina y particularmente del Perú es la industrialización”, fue uno de los mensajes clave que Ollanta Humala trasmitió en su reciente visita a España y Portugal con ocasión de la Cumbre Iberoamericana. Habló de diversificación productiva y de un proceso profundo para crear industrias.
Pero si eso es lo que quiere hacer el mandatario, no entiendo por qué su gestión continúa la política de libre comercio establecida, totalmente contraria a la industrialización.
Es contradictorio decir que el reto es industrializarse, y al mismo tiempo profundizar la apertura comercial negociando un mega TLC como el del Acuerdo de Asociación Transpacifico (TPP), o apostar con todo a la Alianza del Pacífico que no es otra cosa que la armonización de los TLC que el Perú, México, Chile y Colombia tienen entre sí y con todo el litoral occidental del hemisferio americano (a excepción de Ecuador), resucitando en la práctica un ALCA sin Mercosur.
¿Cómo es que el presidente compatibiliza el paradigma de la ventaja comparativa (que es lo que está detrás de los TLC y en general de la apuesta peruana de los últimos 20 años por la demanda externa como motor de la economía) con diversificación productiva o industrialización?
Si en verdad quiere industrializar al país, será útil que el presidente revise la experiencia del monarca inglés Enrique VII a finales del siglo XV.
El rey se dio cuenta que Inglaterra perdía mucho exportando lana e importando chompas y demás tejidos de países como Italia y Holanda. Entonces, en lo que podemos llamar como la primera política industrializadora del país que siglos más tarde fuera escenario de la revolución industrial, el monarca puso retenciones a las exportaciones de su materia prima, elevó los aranceles y dio incentivos a la producción de tejidos y prendas.
El resultado fue una industria pujante de Inglaterra, que una vez en desarrollo requería políticas completamente contrarias a las que le dieron vida. Para seguir impulsándola se necesitaba el acceso a más mercados. De ahí que a principios del siglo XIX saliera el economista inglés David Ricardo a impulsar el comercio internacional con su famosa teoría de la ventaja comparativa, que señala que si un país es bueno produciendo algo, lo siga haciendo, así sean solo minerales como es el caso peruano. Eso era a negar la industrialización a los demás países, favoreciendo solo a quien ya la tenía.
La economía peruana se ha saltado esa lógica. Sin industria, abrimos totalmente nuestro mercado con las políticas neoliberales. Y ahora que caigan los precios de las materias primas, nuevamente pasaremos del boom al declive, como tantas veces.
Si el presidente habla en serio, tendría que empezar por cambiar la política de comercio exterior; denunciar TLC y Tratados de Protección de Inversiones; salirse de la Alianza del Pacifico y del TPP; proteger los sectores que quiera industrializar; adecuar la política monetaria y de divisas; etc. El resto es puro floro.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Libre determinación para Haití

Recientemente visité Haití, país que ocupa el tercio occidental de la misma isla caribeña en la que se ubica República Dominicana. Tiene diez departamentos cuyas capitales son Gonaïves, Hinche, Jérémie, Miragoâne, Cap-Haïtien, Fort-Liberté, Port-de-Paix, Jacmel, Les Cayes, y Port-au-Prince, que es también capital del país.
El pueblo haitiano habla Creole, a pesar de que su gobierno -controlado por una diminuta oligarquía de importadores aliados de potencias extranjeras y transnacionales- lo margina promoviendo el francés.
Para un neoliberal, Haití solo es un país lleno de pobreza extrema sin esperanza, y por eso se merece la intervención militar con el cuento de misión de paz. Sin embargo, Haití es un país hermoso, lleno de color, recursos naturales, valentía, solidaridad y creatividad. No obstante las desgracias políticas, económicas y sociales, su gente sonríe y se yergue.
Pero Haití paga hasta la actualidad el costo de haber sido el primer país de Nuestra América en independizarse de la invasión colonial (1804).
Su historia como república empieza con una enorme deuda externa que le impuso Francia por la osadía de liberarse. Ante la imposibilidad de su pago, tuvo que endeudarse con terceros. Desvistiendo un santo para vestir otro, contrajo deudas con Estados Unidos, cambiando en la práctica la dependencia francesa por la norteamericana, o mejor dicho, sumándola.
En el caso haitiano se concentran todas las maldiciones de la excolonias latinoamericanas y caribeñas. Cada vez que este país ha querido establecer su rumbo, las desestabilizaciones y los golpes de Estado promovidos desde fuera han estado a la orden. Basta decir que el pacto por el cual su expresidente Aristide pudo regresar al país después de su derrocamiento, fue que se vayan al exilio miles de militantes de izquierda.
Las políticas del Consenso de Washington también han sido aplicadas en Haití, que sufre de una migración intensa del campo a la ciudad por la imposición de monocultivos en los últimos años. Eso no ha hecho más que profundizar la pobreza. Y ni qué decir de sus recursos petroleros, que estuvieron detrás del golpe de Estado que Francia y Estados Unidos promovieron contra Aristide en el 2004, a fin de evitar su nacionalización.
Desde ese año, Haití está ocupada por una Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (Minustah), que no es más que una máscara estadounidense y francesa para controlar un territorio que ubicado muy cerca a Cuba, es un factor geopolítico clave.
La Minustah solo trae desgracias al pueblo haitiano, pero ahora con el cuento de la reconstrucción tras el terremoto del 2010. Eso esconde en realidad un gran negocio.
Lo último ha sido el contagio del cólera por tropas nepalesas de la misión, lo que para Haití es una epidemia que durará años, y que ya ha ocasionado 7,626 muertos.
Es lamentable que Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Perú y Uruguay también tengan tropas allí, cuando más bien deberían condenar la misión en Haití y promover que fluya la libre determinación de su pueblo.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Visiones peruanas de Unasur

En el último mes he participado de algunos foros sobre integración y cooperación en el ámbito de América del Sur. He podido ver cómo miran algunos sectores y actores nacionales de importancia al bloque de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Para los empresarios reunidos en la Sociedad Peruana de Comercio Exterior (Comex), Unasur es pura ideología y prácticamente no sirve para nada relevante. Para los representantes que he escuchado de esta asociación, salvo el libre comercio todo es ilusión. La integración y cooperación regional en su visión se reduce a la apertura total de los mercados. Lo bueno de Comex es que al menos se mete al debate.
No puedo decir lo mismo del ministerio de Economía y Finanzas (MEF), a cuyos funcionarios no les interesa participar en ningún espacio en el que se pueda exponer siquiera alguna postura distinta a la asumida por ellos en este tema. Al MEF solo le interesa hablar de integración en Unasur si es que se va a firmar un TLC.
No tienen ningún interés en la cooperación financiera regional, por ejemplo. Tanto es así que finalmente no asumieron la coordinación del Grupo de Trabajo de Integración Financiera (GTIF) de Unasur, como correspondía ahora que el Perú tiene la Presidencia Pro Témpore (PPT) del bloque.
Como se dieron cuenta que allí no podían meter el tema de liberalización arancelaria, entonces lo dejaron de lado. Porque eso de constituir un Fondo Sudamericano de Estabilización Monetaria para proteger a la región de la crisis económica mundial les sabe a chavismo. Están tan ideologizados que no ven la importancia estratégica de la cooperación financiera en el continente.
El Banco Central de Reserva (BCR) está más abierto. Sus representantes participan y dan argumentos técnicos con los que uno puede coincidir o no. Ellos consideran que la cooperación financiera regional no alcanza para afrontar la crisis y le apuestan, más que a un Fondo Regional, al Fondo Monetario Internacional (FMI). Al parecer, su matriz de análisis no incorpora el tema geopolítico o si lo hace, no está en sintonía con la consolidación de un bloque sudamericano con voz propia.
Pero al menos tanto el MEF como el BCR participan en el GTIF. El primero en el tema comercial, y el segundo en los temas de sistema de pagos y fondo de reserva.
La Cancillería por su parte está en una discusión sobre la convergencia institucional, económica y social que se necesita entre la Comunidad Andina (CAN) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) en el marco de Unasur. Pero sí se va Roncagliolo esta visión estaría en peligro.
El ministerio de Comercio sí que da pena. A sus representantes, por lo menos a los que he escuchado, no les interesa nada que tenga que ver con convergencia CAN-Mercosur o cooperación financiera. Ellos quieren abiertamente la división como opción que debe seguir el Perú en Suramérica. Solo miran a la Alianza del Pacífico. Unasur en su visión podría no existir.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Escenarios económicos para Suramérica

La crisis que atraviesan las economías desarrolladas va a trasladarse a la región tarde o temprano. Primero porque el tránsito económico que vive el mundo es de largo aliento. Hasta el propio FMI reconoce que el estancamiento económico de los grandes tiene para rato. Y segundo, porque países como los de América del Sur no controlan ninguna de las variables del boom que viven desde hace una década.
No controlan la tasa de referencia que establece la banca central estadounidense y europea, de la que depende que los capitales se muevan en una dirección u otra. Hace justo una década que las tasas se encuentran cercanas a cero lo que ha impulsado un flujo de capitales importante hacia las economías emergentes y en desarrollo en busca de mayor rentabilidad. Y también lo que ha incentivado la especulación desmedida en los mercados de commodities. 
Otra variable central que no controlan, son los términos de intercambio de las materias primas que exportan y de las cuales –países más, países menos- dependen en gran medida sus ingresos fiscales y exportaciones. 
La contracción de los mercados europeos y norteamericano, y el freno del crecimiento chino tampoco dependen de este lado del planeta pero afecta de alma. Especialmente a países tan dependientes de la demanda externa de estos territorios como el Perú. 
En resumen, la crisis del norte se mudará por estos lares, así como cuando la crisis estadounidense de los setenta se nos transfirió en los ochenta vía deuda externa. 
Viendo este panorama, que algunos calculan a dos o tres años vista, a la región no le queda más que prepararse con instituciones financieras sólidas como un Fondo de Estabilización Monetaria con Fondo para Bonos en el marco de Unasur, a fin de mantener a salvo las cuentas externas sin perder soberanía. Y de igual modo, entrando a un proceso de industrialización y promoción de verdad de los mercados internos, para que el crecimiento y los ingresos fiscales comiencen a apoyarse más en las economías locales. 
Tomando esas dos variables: “industrialización” e “institucionalidad financiera”, podemos construir cuatro escenarios. 
El primero puede denominarse “a merced del FMI”, e implica que ni nos industrializamos, ni hicimos herramientas para pasar el mal rato. Lógicamente, ante problemas de balanzas de pagos, tendremos que recurrir al prestamista de última instancia que es el FMI y con ello las condicionalidades de política económica estarán a la orden del día, con la receta neoliberal ya conocida del Consenso de Washington. El segundo escenario es “a medio camino”, y consiste en que se cuenta con instituciones financieras regionales ad hoc para la crisis, pero no con industrialización. El tercer escenario es “un nuevo comienzo” y combina políticas productivas con una nueva arquitectura financiera regional. Aquí la región se convierte en un actor con voz propia en un mundo multipolar.
El cuarto escenario es el que estamos viviendo y se llama “pendiendo de un hilo”: sin instituciones de respuesta, ni políticas productivas serias, pero viviendo aún el boom económico hasta que venga el diluvio.

domingo, 28 de octubre de 2012

Éxito y fracaso de la política macroeconómica

El éxito de la política monetaria peruana (la de las metas de inflación, la que permite acumular reservas internacionales nunca antes vistas, y la que hace flotar –hasta lo que puede- al dólar), es al mismo tiempo el fracaso de los bolsillos de los peruanos.
Sirve para que los tecnócratas peruanos saquen pecho y al mismo tiempo para que médicos, enfermeras, profesores, policías, y un largo etcétera de trabajadores luchen por salarios dignos. Ese tipo de políticas son las que explican el “conflicto social del crecimiento” mientras dura el ciclo de bonanza sin reparto. 
Es una paradoja. Veamos el caso de la flotación sucia del dólar, a fin de darnos una idea de lo conectada que está la política monetaria con que se gasten menos recursos del tesoro público. 
Hace más de diez años que el dólar viene cayendo, hemos pasado del 3.50 soles por dólar al inicio del siglo XXI, hasta el 2.55 ó menos en el que se ubica en la actualidad. La divisa mundial se ha depreciado un 30 por ciento en el Perú. Y por si acaso, eso no tiene que ver con la fortaleza de nuestra moneda, sino más bien con que la moneda de reserva mundial proviene de la economía más endeudada del mundo: Estados Unidos, país que al ser uno de los más golpeados por la crisis de las economías desarrolladas, deprecia su moneda a fin de mejorar sus exportaciones y de paso trasladar su crisis a los demás. 
Para que el dólar no se termine de desbarrancar y con ello dañar la competitividad de los exportadores, tiene que salir el Banco Central a recoger dólares del mercado. Pero para eso necesita emitir moneda nacional, que es con la que compra los billetes verdes. Ese proceso requiere de lo que en economía se llama “esterilización”, es decir emitir deuda vía bonos. En ese esquema, se requiere de superávit fiscal para mantener ese endeudamiento equilibrado. Es por eso que Castilla se enorgullece de su superávit fiscal que hace tiempo sobrepasa el 1 por ciento del PIB. 
Cualquier economista de esa lógica, recomienda mantener un importante margen de superávit, lo que equivale a menos infraestructura y derechos para la población vía el presupuesto público. Esto se va a mantener mientras dure la crisis de los países ricos altamente endeudados (PRAE), y no me quiero imaginar cuando la crisis llegue también al sur. 
Para los incrédulos, basta decir que hace 5 años España era el ejemplo macroeconómico y de pleno empleo, y hoy está hasta las cangallas en sus cuentas fiscales y externas y el desempleo campea. Es que el modelo económico vigente no es sostenible (requiere de ajuste fiscal perpetuo), hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Los bancos son los que más ganan. 
La salida de este ciclo perverso no es nacional, es regional. Tiene que ver con que las reservas internacionales se queden en el sub continente en lugar de financiar el déficit norteamericano. Con constituir un fondo regional de estabilización monetaria. Con dejar de lado al dólar en nuestro comercio intraregional compensando en monedas locales, y mucho más. Eso es integración financiera, pero los tecnócratas del MEF y el BCR peruanos creen que es pura ideología. No se dan cuenta que los más ideologizados son ellos.

domingo, 21 de octubre de 2012

El GTIF se salva de Castilla

Uno de los avances más significativos dentro de la Unasur, es el relacionado con la integración financiera. Precisamente, hace unos años funciona en su seno -bajo la conducción argentina- el Grupo de Trabajo de Integración Financiera, también conocido por sus siglas como GTIF.
El GTIF se encarga de coordinar tres temas muy importantes: el primero tiene que ver con la creación de un fondo de estabilización monetaria, en la idea de estar protegidos por el lado de las cuentas externas ante un golpe de magnitudes de la crisis global. El segundo tiene que ver con un sistema de compensación entre monedas nacionales a fin de sacar al dólar del comercio intraregional y con ello las distorsiones que introduce la alta volatilidad de esa moneda. El tercer tema tiene que ver con la facilitación del comercio entre los países de la Unasur, pero en relación con su financiamiento y el estudio de las barrera no arancelarias a fin de ayudar a superarlas. 
Es Analía Tello la funcionaria que, junto con tres economistas, responsables de cada uno de los temas arriba citados, da forma a este debate. Este equipo se encuentra ubicado en el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Argentina, país que decidió a principios de siglo no optar por los recortes asesinos como los que actualmente la Troika impone a Grecia, sino más bien reestructurar su deuda y seguir creciendo. No le fue nada mal. Está a la vanguardia de la política económica con una clara apuesta industrializadora que en pocos años se va a notar, pasándose a David Ricardo y todo su legado por las partes sacras. 
Respecto al primer tema del GTIF, las discusiones de los delegados de todos los países tiene que ver con: o crear un nuevo Fondo o utilizar el existente y bastante neoliberal FLAR. En el segundo tema, el debate se centra en la utilización del sistema de compensación del viejo ALADI o la apuesta por el reciente SUCRE del ALBA. En el tercer tema la cosa avanza por la identificación de barreras no arancelarias en la región y el diseño de un programa de financiamiento a las instituciones públicas que se encargar de fomentar el comercio en cada uno de los países. 
A nadie en su sano juicio se le ocurría meter en estas discusiones el tema del libre comercio en América del Sur, es decir la liberalización arancelaria como lo central en el GTIF. Pero como en el universo del sano juicio no entran los ultras del consenso de Washington que copan la tecnocracia económica peruana, son ellos precisamente los interesados en hacerlo. 
Castilla, que es el operador de turno a la cabeza del MEF de los grupos de poder financiero, minero y en general de los que se levantan al Perú en peso, y por tanto jefe de la tecnocracia aludida, estaba muy interesado en traerse el GTIF al Perú. Quería paralizar todas esas tonterías -para él- de integración financiera y promover solamente un documento de liberalización arancelaria, aprovechando la presidencia pro témpore de Humala en la Unasur. 
Pero como se dio cuenta de que los demás países de la Unasur no se lo iban a permitir, especialmente después del triunfo de Chávez en Venezuela, no le quedó más remedio que dejar al GTIF en manos argentinas, donde seguirá incubándose la integración financiera regional. Una buena noticia.

domingo, 14 de octubre de 2012

El Sur partido en dos

El canciller Patriota no estaba para juegos. Sabía muy bien lo que le iba a decir a su colega peruano durante su visita a Lima a principios de agosto. Frente a frente, el responsable de la política exterior del país más poderoso del subcontinente, señaló sin empacho que Brasil sabe perfectamente lo que es la Alianza del Pacífico: una amenaza para la Unasur.
De nada sirvió que el buen Roncagliolo alegue que había dejado en claro en las discusiones de la Alianza, que el negocio allí es netamente comercial y para nada ideológico. Patriota mandó a leer enseguida a uno de sus asesores, el artículo pertinente del Convenio del Mercosur que señala que ningún país miembro de ese bloque puede adherirse a otro acuerdo comercial sin la autorización de los demás.
Le estaba recordando al Perú que el pedido uruguayo de ser observador en la Alianza no procedía. Posteriormente, se lo recordaría también al país oriental. En ese momento, Paraguay aún no había pedido lo mismo.
Era la gota que derramaba el vaso en una historia reciente y bastante penosa entre el gigante sudamericano y su vecino andino. Casi como un recuerdo de mal gusto quedaba la sólida alianza con el entonces candidato y hoy mandatario peruano; cuando los programas sociales, la cooperación militar, las centrales hidroeléctricas y el gasoducto en el sur peruano iban a sellar una relación geopolítica Perú-Brasil que sobrepasaba lo bilateral y potenciaba un nuevo regionalismo sudamericano.
Pero, los programas sociales pasaron al Banco Mundial y no al BNDES, la cooperación militar se enfrió y Ollanta eligió los aviones KT1 de Corea en lugar de los Súper Tucano de Brasil. Las hidroeléctricas quedaron en stand by y, en el gas, más pesaron la española Repsol y su socia norteamericana Hunt Oil, que las brasileñas Odebretch y Petrobras.
El panorama está despejado: la Alianza del Pacífico sigue a toda marcha y se da el lujo de seducir a los pequeños del Mercosur. Estados Unidos venció a Brasil en la disputa que se armó en cancha peruana tras la victoria de Humala en las elecciones del 2011, alejando al Perú del eje Brasilia.
Sacando cuentas, el golpe de Estado en Honduras, la reafirmación de la Alianza del Pacífico y la caída de Lugo en Paraguay configuran los tres hechos políticos más relevantes que debilitan la integración regional y envían el mensaje al Brasil de quien manda todavía en el patio trasero.
Con todo y la entrada plena de Venezuela al Mercosur, en una especie de Alianza del Atlántico, lo cierto es que se va diluyendo la idea de una América del Sur integrada y con voz fuerte en un mundo multipolar y en tránsito.
Ello también diluye la respuesta regional -con institucionalidad financiera propia- a escenarios complejos en los que la crisis de las economías desarrolladas se traslada con todo a la región.
Sin duda, la primera década del siglo XXI trajo la ruptura de la hegemonía neoliberal en América del Sur y muchos avances en su integración política y financiera; sin embargo, el inicio de la segunda parece haber enfriado este proceso. La región está literalmente partida en dos: la Alianza del Pacífico de un lado y la Unasur del otro.

domingo, 7 de octubre de 2012

Crisis, política económica y el caso argentino

En el debate sobre la crisis económica de los países desarrollados, en especial sobre su interpretación, se da una guerra ideológica intensa. Los más ideologizados sostienen que la crisis es fiscal, porque países como los europeos, han gastado más de lo que podían soportar sus ingresos. Y eso, además de suponer que el modelo no puede garantizar los derechos a toda la población, ignora el papel de la banca en todo este despelote.
Se confunde así, la consecuencia en el fisco (derivada de rescates bancarios y planes de estímulo) con el origen, que más bien está ligado a la desregulación financiera y la consecuente especulación sin límites con instrumentos derivados y futuros en bolsas de valores y mercados de commodities. Todo mezclado con mecanismos de evasión y paraísos fiscales.
Peor aún, se pierde el foco y se obvia que el verdadero problema, o si se quiere la consecuencia más grave, es la falta de empleo y los bajos ingresos. Entonces, se cree que la solución pasa por aceptar la misma receta del FMI, la del ajuste fiscal, los despidos masivos, la reducción de salarios y seguridad social, y el aumento de impuestos indirectos como vemos en España, Grecia y otros países.
El FMI, que es el único que ha ganado con todo esto, pues se ha robustecido con nuevos recursos y funciones (dejando atrás su crisis de financiamiento y legitimidad) no ha movido un dedo su marco conceptual.
Ese coctel fondomonetarista viene aderezado con más libre comercio y protección de inversiones para los países en desarrollo, con la finalidad de evitar a toda costa la diversificación productiva, promoción de los mercados internos, redistribución de la renta e incentivo del consumo vía salario y no el crédito bancario.
En realidad, el objetivo es que nadie se atreva a hacer política económica, vendiendo la misma idea de hace más de 20 años, que la economía es una ciencia exacta que se aplica a pesar de cualquier consideración geográfica, cultural, social, política, etc.
Se niega el paradigma de la política económica como instrumento para la recuperación de derechos y reducción de la desigualdad. Y se condena a quien se atreve a salirse del libreto.
El ejemplo más claro en la región es el caso argentino. La propaganda que se hace desde la ideología neoliberal en los medios locales, hace creer a muchos que la economía argentina es caótica. No se dice que en los últimos años su producción ha crecido en promedio 8 por ciento anual y que al mismo tiempo ha logrado una de las inclusiones en materia de seguridad social más avanzadas de América del Sur, que incluye pensiones no contributivas, asignación universal por hijo, etc. Además de los reajustes salariales periódicos.
Las críticas desde la mirada neoliberal peruana se centran en la política monetaria argentina, su control de divisas y la protección de su mercado frente a las importaciones. Como eso es pecado contra la Biblia del consenso de Washington, se le echan todas las maldiciones, sin mirar su apuesta por la industrialización.
Se llega a decir –en el máximo de la arrogancia y fantasía- que el Perú está mejor que la Argentina. Nada más falso. Ya quisiéramos tener sus bases económicas productivas y su infraestructura. No por nada nuestro vecino es, junto con Brasil y México, parte del G20.

domingo, 30 de septiembre de 2012

La cumbre del ASPA en Lima

Mañana y pasado se realiza la III Cumbre de los países de América del Sur y los países Árabes, ASPA. Además de declarar feriados, el gobierno ha difundido por varios medios que todos los habitantes de la capital que puedan, se vayan de Lima a hacer turismo a las provincias.
El objetivo además de seguridad y circulación, es distender dos grandes huelgas nacionales significativas: la de los maestros y la de los médicos. Es contradictorio que mientras el Presidente da la bienvenida a los mandatarios árabes señalando que la estrategia del gobierno es crecimiento económico con inclusión social, tenga a los dos sectores más importantes del país luchando por salarios justos.
Es que con Juntos, Pensión 65, Beca 18, etc., programas sociales súper focalizados y diminutos, no se logra la redistribución de renta que reclama la población en las calles. Por eso se da la bienvenida a 700 empresarios para el encuentro de inversionistas paralelo al de Jefes de Estado, ofreciendo estabilidad jurídica y macroeconómica en medio de protestas.
Aparte tengo la impresión de que la gente ve lo del ASPA como una de los eventos importantes que se hacen en el Perú desde que es alumno disciplinado del FMI. Pero no tiene ni idea de que entre ambos bloques lo común son las reservas energéticas y el extractivismo.
Países más, países menos de estas regiones producen y exportan materias primas. Por ello el intercambio comercial es marginal. No hay mayor industria, así que los negocios que pueden promoverse se centran en sectores primarios y financiero. 
No podemos hablar de una Cumbre Unasur – Árabes, más política, porque hay dos visiones de integración en esta parte del planeta. Unasur está partido en dos, los países TLC por un lado (Colombia, Chile y Perú) y los países Mercosur por otro. 
Además, con todo y todo, la Cumbre antes de realizarse ya está definida. Su declaración final fue negociada hace unos días en Nueva York en el marco de la ONU, y al igual que la de Doha y Brasilia promoverá inversiones y acuerdos comerciales, sazonado con cooperación, lucha contra la pobreza, desarrollo sostenible y un largo etc.
Otra cosa que la gente percibe es que los países árabes están bastante movidos, y las guerras civiles y luchas religiosas están a la orden del día. Ni se imagina que es el Islam, ni cuál es la particularidad árabe.
Siria no envía delegación. En realidad no ha sido invitada pues la Liga Árabe la ha expulsado. Y por más que Venezuela piteó, no se convocó a ese gobierno. No faltarán las organizaciones internacionales que aprovechen esta oportunidad para condenar a ese país por la guerra civil que afronta. Y como en esa disputa está metido con todo Estados Unidos, es de esperar que sus amigos sudamericanos se alineen. A lo mejor el caso Ecuador-Assange le roba protagonismo, pues ha vuelto al interés mediático.
Modestamente creo que el ASPA pudiera tener un filo más importante para la vida en el planeta. Me refiero a acciones concretas para promover la petroquímica en ambos bloques, dejando la quema de los hidrocarburos para priorizar su industrialización y de paso promover mercados internos, intercambio de manufacturas y lucha contra el cambio climático. Pero bueno eso pisa callos.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Los socios del gas peruano

El monopolio exportador del gas peruano, comandado por la española Repsol y la norteamericana Hunt Oil (que hacen millones con nuestro recurso en mercados internacionales, incluso evadiendo el pago de regalías al ocultar el verdadero precio con que lo comercia en Asia, y que actúa en complicidad con el ministro de Energía y Minas, Jorge Merino, y el de Economía y Finanzas, Luis Castilla) parece que se va a salir con la suya a menos que las poblaciones del sur tomen conciencia.
El objetivo de los “socios del gas” es evitar a toda costa que el sur peruano se industrialice con una planta petroquímica como la que contempla el proyecto del gasoducto Kuntur, que ha sido dejado de lado por el Gobierno de Humala gracias al poderoso lobby que emprendieron y que va desde la caída del gabinete Lerner, hasta el anuncio presidencial de quitar-le el crédito puente con el que iba a comenzar su construcción (pateándolo de aquí a dos años), pasando por la farsa de la recuperación de los 2.5 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas del lote 88.
Incluso pretenden que el gas del proyecto Kuntur no tenga etano, con lo que se hiere de muerte toda posibilidad industrializadora, destinando el recurso solo para su quema, porque justamente este componente es el que permite usar el gas en la producción de bienes.
Este lobby logró que Humala priorice otro proyecto alternativo (ducto de etano por la costa) totalmente descabellado, sin estudios técnicos y que pretende hacer creer a las poblaciones de Puno que vía camioncitos (ducto virtual) pueden abastecerlos (eso con las justas llevará un gas bastante caro a algunos núcleos urbanos). Y a las de Cusco, que con un diminuto ducto regional de 8 pulgadas (a diferencia de las 32 originalmente planteadas en el proyecto PetroPerú-Kuntur) quedarán satisfechos. 
Con engaños, como que el proyecto Kuntur no tenía reservas probadas, ni mercado (lo que es falso), los socios del gas han logrado convencer a Ollanta Humala y Nadine Heredia (que mucho del tema no entienden), para que cambien su promesa electoral, la misma que hizo que el Cusco declare traidor al candidato Toledo en la campaña electoral 2011, por haber favorecido la exportación del gas en su gobierno (cosa que se hizo efectiva con García) y abrace al candidato nacionalista, quien dijo que en enero de 2012 comenzaba la construcción del ansiado gasoducto.
No olvidemos que Lerner, en su presentación en el Congreso en agosto 2011, cuando todavía parecía ser éste un gobierno de cambios, reafirmó la promesa. Tenía todo para hacerlo, desde la firmeza para recuperar los 2.5 TCF del lote 88 hasta los tubos del ducto.
Pero el proyecto integral petroquímico del sur que generaría 100 o 150 veces el valor agregado que se logra con el simple hecho de licuar el gas para llevarlo fuera, no le conviene a quienes se benefician vendiéndolo. Es que un polo de esta naturaleza que implica un ducto que parte de Quillabamba en el Cusco y se dirige hasta Moquegua y Tacna, pasando por Puno y Arequipa, pretende ser la industria de las industrias nacionales de producción de bolsas, empaques, mangueras, telas, envases, tanques, etc. Es decir, la base para el desarrollo económico de verdad, y no solo la prosperidad falaz de la venta de las piedras de los cerros aprovechando coyunturas de buenos precios.
Pero los socios del gas tienen otros planes y no están dispuestos a soltar su mamadera.

domingo, 16 de septiembre de 2012

¿Por qué suben los precios de los alimentos?

Tal como pasó en 2008, justo antes de la quiebra de Lehman Brothers, los precios de los principales commodities alimentarios (como trigo, maíz y soja) se han disparado. Eso eleva el costo de varios productos derivados, como harinas y aceites; y de otros que los requieren como insumo, como lácteos (por el alimento de las vacas) y pollo.
Igual como entonces, los medios más influyentes encuentran las causas en que la demanda de alimentos es cada vez mayor por el crecimiento chino, o que una parte importante de los cultivos se van para la producción de agrocombustibles. Al menos esas dos causas fueron las más sonadas en el año 2008.
Ahora que ya no pueden repetirlo, pues la economía china no tiene la velocidad para justificar el alza, y Europa y Estados Unidos están estancados, nos han venido con el cuento de que la culpa es del cambio climático.
Y si bien todos estos factores impactan los precios de alguna manera, no explican el paquetazo. Siendo honestos, la real causa tiene que ver con lo mismo que ha originado la crisis global: especulación financiera a toda máquina sin mayor regulación.
Los alimentos son considerados mercancías y transados en grandes mercados mundiales. El más conocido y usado es el Chicago Board of Trade, donde no operan solo productores, consumidores o distribuidores, sino más bien inversionistas que nada tienen que ver con alimentos, y solo desean ganar plata especulando con contratos de futuros y derivados de commodities. No comercian alimentos, solo negocian opciones de mercado.
En eso están los fondos índice (Index Funds), que reúnen plata de varios lados y entran en estos mercados como un jugador de póker en el casino. Empiezan a apostar moviendo las expectativas actua-les. Y si metes miles de millones de dólares en contratos de futuro de un determinado producto, generas expectativas alcistas. Al percibirse que el precio subirá en el futuro, muchos se protegen subiendo el precio en el presente. Es un juego perverso, pues involucra el hambre mundial.
Entre 2002 y 2008, los precios de los principales commodities alimentarios se triplicaron (trigo) o quintuplicaron (arroz). Pero en ese mismo periodo, según el Greenberg Center for Geoeconomic Studies, el crecimiento demográfico no se había acelerado. Es decir, la demanda relacionada con el consumo de las familias no explicaba el incremento.
Lo que se había incrementado era la demanda de entregas futuras de alimentos, siendo el arroz, el maíz, la soja y los aceites lo más negociado. Esas transacciones aumentaron exponencialmente. Solo en el periodo 2006-2008, crecieron 66 por ciento.
Esa evidencia, hizo que el propio Banco Mundial reconozca que la especulación financiera tiene un rol mayor en todo esto, cosa que negó inicialmente.
Los alimentos suben porque banqueros e inversionistas especuladores quieren más dinero. ¿Qué hacer?: regular estos mercados, poner límites de verdad al intercambio de futuros y derivados financieros y buscar más opciones para fondear el mercado alimentario. O sea, acabar con la especulación. Pero eso pisa unos callos…

domingo, 9 de septiembre de 2012

El presupuesto de Castilla

El poder de Castilla es enorme. No solo pone ministros como Villena en Trabajo o Von Hesse en Agricultura, o controla el holding empresarial del Estado a través de Almora en Fonafe. Sino que tiene la mesa servida en la aprobación de su presupuesto 2013 en el Congreso.
Ninguno de los más potentes cuadros del nacionalismo en el Parlamento, conocedores del tema fiscal, como Abugattás o Espinoza, está a la cabeza de la Comisión de Presupuesto. Más bien han puesto a un neófito en ese lugar. Me refiero al congresista Josué Gutierrez, que junto a los otros cinco nacionalistas que lo acompañan en la comisión, nunca han sido parte de la misma. Debe ser porque Marisol Espinoza, quien lideró la comisión el año pasado, introdujo cambios que no le hicieron gracia a Castilla.
Y eso que era lógico hacer modificaciones, toda vez que era el gobierno anterior el que dejó hecha la propuesta presupuestal. Lo que pasa es que Castilla también estuvo en el gobierno anterior, encargándose desde el MEF nada menos que de hacer el presupuesto.
Esta vez Castilla quería tener en esa comisión a alguien que además de no conocer el tema, no se compre ningún pleito y su presupuesto se apruebe tal cual.
Pero como bien dijo Mauricio Mulder en la sustentación del presupuesto a inicios de la semana, todo se trata de un simple ritual constitucional, y a fin de noviembre se aprobará el presupuesto de Castilla. Mulder se refiere a que el Congreso no tiene capacidad real de incidencia en el presupuesto. Y él lo sabe bien, porque en los cincos años recientes de gobierno aprista se aprobaron los presupuestos de Carranza, Valdivieso, Carranza II, Araoz y Benavides. Es decir, del MEF.
Esto data del fujimorismo, cuando Boloña y los neoliberales (que son hegemonía en el MEF hasta ahora) acabaron con la influencia que podía ejercer la representación nacional en esta herramienta de gestión pública. Y lo hicieron vía la propia Constitución del 93, que es el tremendo candado presupuestal.
Todos saben que por más vueltas que se den los presidentes regionales, o los jefes de pliego en la Comisión de Presupuesto, si no tienen el visto bueno de Castilla, nada pasará. Y también saben que cuando, en cualquier momento del año, alguna institución pública pide una ampliación presupuestal al MEF, le responden que eso no figura en la ley de presupuesto. Y si figura, que no tiene fuente de financiamiento. Y si la tiene, que fue una imposición de último minuto en el Congreso y por tanto a esperar que haya un saldo. Y eso nunca pasa.
En esta ocasión Castilla fue a presentar al Congreso un presupuesto más conservador que de costumbre. Se encajonan, además de los más de 5 mil 273 millones de soles que están en la reserva de contingencia (de uso totalmente discrecional del MEF), 6 mil 982 millones de soles que no entran siquiera al presupuesto y se quedarán en la tesorería cuando se recauden, como concepto de ahorro fiscal por el entorno de crisis. Claro que eso no lo dijo durante su sustentación.
Si a eso sumamos los más de 20 mil millones de soles que están en el Fondo de Estabilidad Fiscal en el Banco Central, podemos entender porque tene-mos a los maestros y médicos en la calle haciendo huelga. Seguiremos mendigando sentados en la banca de oro.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Debate penoso

El debate nacional en torno a la crisis económica de las economías industrializadas es bastante pobre. La mayoría de periodistas y analistas locales no abordan las causas reales de la tormenta financiero-económica que vive el mundo, ni mucho menos sus alcances.
Muchos de ellos defienden y repiten sin mayor argumentación que Europa está en crisis porque gastaron más de lo que podían, al financiar seguridad social, educación y salud de calidad de la población. Ignoran o no quieren considerar siquiera, que la culpa de todo esto la tienen los bancos más grandes del mundo.
El concepto de financiarización de la economía les es ajeno, y el aplastamiento ideológico neoliberal les impide ver que estamos ante una crisis de software del modelo.
La máxima expresión de eso es que el mercado no se regula solo, mucho menos el financiero, que en su afán por sacar utilidades cada vez mayores, han convertido a las finanzas en una especie de alquimia en donde el dinero brota de la nada. 
Y esa nada es la que se encuentra después, cuando se busca el sustento material de operaciones multimillonarias. Eso estuvo detrás de la burbuja inmobiliaria estadounidense y de todas las que han ido reventando desde el 2008.
Un dato que explica esto me lo dio el profesor Esteban Serrani de la Universidad de Buenos Aires. Me dijo que si bien entre el 2003 y el 2008, la demanda china de crudo había aumentado en 920 millones de barriles, en el mismo lapso, las apuestas de los especuladores financieros en el mercado de futuros del petróleo equivalían a una cantidad similar: 847 millones de barriles. La especulación llegó a ser tal en el 2008, que por cada barril que se vendía físicamente, se negociaban a futuro 27 que aún no existían.
Eso es sacar plata de la nada. Lo mismo pasa con los commodities alimentarios como el maíz y el trigo, que desde el 2002 en adelante viene subiendo cada vez más, y en 2008 y el presente año, presentan escaladas que preocupan a todos.
No es que China consuma más. Es que los señores de las finanzas meten dinero de fondos de pensiones y otros capitales a la timba de los mercados de futuros y de derivados financieros, especulando con bienes que no existen, más de lo que la economía real puede soportar.
Los forados terminan siendo tan grandes que muchos colosos del mundo financiero empiezan a quebrar y los Estados se ven en la obligación de rescatarlos con el dinero de los contribuyentes. Eso ha pasado desde el 2008 en adelante.
La crisis se trasladó a los fiscos de Europa y Estados Unidos tras los rescates a la banca privada y los estímulos fiscales para mover las economías, que terminaron en ajustes presupuestarios, haciendo pagar el pato a los trabajadores, como vemos en España y varios países europeos y estados de la unión norteamericana. Y encima les hacen creer que ellos tienen la culpa.
Pero esa crisis del norte, nos va a dar fuerte en breve. Porque si uno mira las tremendas burbujas financieras de los commodities se encontrará que son proporcionalmente directas con la bajada de las tasas de interés de los países industrializados. El problema es que cuando las mismas regresen a sus niveles, los commodities también regresarán a sus precios normales, y el auge de los exportadores de materias primas habrá acabado. Entre ellos el peruano.

domingo, 26 de agosto de 2012

José Villena y Titto Almora

Hay dos puestos públicos fundamentales que controla la derecha a través del titular de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla, y que le permite poner un candado a las reformas salariales en empresas y entidades públicas como Serpost, Corpac y Essalud, que dependen del Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (Fonafe), lo que sin duda contribuye a la conflictividad laboral, cuando al Presidente Humala le conviene más bien reducirla.
Me refiero por un lado, al puesto de Ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, en manos hoy de José Villena, quien impidió desde el MEF la reestructuración salarial de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional.
Villena, desde su ubicación en el gabinete, tiene a su cargo los conflictos laborales, y con ello la responsabilidad de facilitar los procesos de acuerdo entre las gerencias de las empresas públicas y los trabajadores de las mismas.
Precisamente, hace poco más de una semana, Villena logró sacarse de encima al viceministro de Trabajo, Pablo Checa, algo que se propuso desde que llegó al cargo en diciembre del 2011, porque Checa y su gente (expertos del mundo del trabajo que apoyaron a Ollanta desde la elaboración de sus propuestas laborales de campaña) lograron contener la lógica antilaboral del ministro en el campo de los conflictos.
Ahora que Villena está terminando de tomar el control del Viceministerio de Trabajo solo le falta deshacerse del laboralista Enrique Fernández Maldonado (todavía Director de Conflictos Laborales del Ministerio) quien ingresó con Checa. Para lograrlo, está en pared con el diario Correo en una campaña incesante de difamación.
El otro puesto clave que controla la derecha en este tema, es el del Presidente Ejecutivo de Fonafe, que ocupa hoy Titto Almora, quien en pared con Villena se encarga de poner en aprietos a las empresas públicas, pues tiene la última palabra en un aumento o una ampliación presupuestal.
Recientemente, Almora se negó a aprobar el acuerdo al que llegaron los trabajadores y la gerencia de Serpost para resolver el pliego de reclamos, que tenía como punto central subir los miserables salarios que ganan los trabajadores postales del Perú.
Y esa negación de Almora fue hecha a pesar de que no se afectaba el equilibrio financiero de Serpost y de que Fernández Maldonado (a través de los extraprocesos en el ministerio de Trabajo) había logrado que esa empresa pública y sus trabajadores se pongan de acuerdo para retomar el clima de paz laboral. Es incomprensible la actitud de Almora de negarle el visto bueno a esta resolución de conflicto, al propio gerente general de Serpost, quien le envió la carta para terminar con el procedimiento de negociación.
De igual modo, Almora se demoró casi cuatro meses en aprobar una ampliación presupuestal de Essalud, a pesar que le obliga a mantener una reserva técnica de 200 millones de soles, cuando hay un gran déficit de infraestructura y equipamiento en el seguro social.
Villena y Almora deberían dejar sus cargos para equilibrar el enorme poder de la derecha en el gobierno, y permitirle al Presidente tener más libertad para manejar a su burocracia y cumplir con sus ofertas electorales.

domingo, 19 de agosto de 2012

Ilusiones económicas

Hace unos días se desató un entusiasmo –en mi opinión desproporcionado- por las cifras de crecimiento económico de junio, de 7.07 por ciento, difundidas por el INEI.
Nuevamente escucho cosas como que estamos blindados ante la crisis mundial y que vamos a ser el país en la región que más crece mientras la crisis azota al resto.
Lamento no compartir ni un poco ese entusiasmo, pues recuerdo claramente como luego de alcanzar cifras de crecimiento de dos dígitos entre junio y septiembre del 2008, nos fuimos a cero en febrero 2009 y a -1.7 en abril de ese mismo año; en una tendencia de desaceleración económica estrepitosa desde septiembre del 2008, cuando cae el Lehman Brothers y se produce la contracción del crédito en los Estados Unidos.
Es que nuestra economía es tan precaria y dependiente que no es verdad que mientras los demás caen, nosotros seguimos en pie. Esa es una ilusión, y no hay mejor prueba que el recordar que en el 2009, el Perú fue uno de los países de la región que más se desaceleró. Pasamos de una velocidad de 9.8% en el 2008, a una de 0.9% en el 2009. Y eso que si no se hubiese cambiado la metodología del INEI justo ese año, muchos expertos afirman que esa cifra llegaba al -1.2%.
El pasar de casi 10 puntos crecimiento a casi cero, demuestra que en la economía peruana no hay nada seguro por delante. Además, hay que tomar en cuenta que tanto en el 2008 como ahora, estamos viendo una subida considerable del precio mundial de los alimentos.
Esa inflación importada, hizo que el ministro de economía de entonces, Luis Valdivieso, cometa la torpeza de “modular” el gasto, justamente cuando el ciclo económico mundial indicaba lo contrario.
Lo preocupante es que ya sabemos que así gastemos a toda máquina este año, terminaremos igual con superávit fiscal enorme, debido a la pésima gestión de Castilla en impulsar el gasto y la inversión pública.
Pero lo más peligroso es que esa subida de precios de los alimentos aliente a Estados Unidos y Europa (más deterioradas que en el 2008) a frenar la inflación subiendo la tasa de interés referencial del Banco Central Europeo y la Reserva Federal respectivamente, que hoy están cercanas a cero. 
Y sin necesidad que lleguen a sus niveles históricos, la subida de esas tasas será un duro golpe a los precios de los minerales que el Perú exporta.
Con un panorama en el que caen los precios de los metales y sube el de los alimentos, sumado al achicamiento de los mercados mundiales y el repliegue de los capitales a las economías centrales, estaremos en un aprieto de envergadura.
Lo raro es que durante todo julio y lo que va de agosto, muchos analistas han advertido de una ralentización de la economía peruana. Una muestra de ello es la caída de las exportaciones. Sin embargo, ahora muchos celebran lo bien que le ha ido al Perú en junio (hace dos meses). Es como si estuviéramos viviendo una ilusión económica.