domingo, 26 de agosto de 2012

José Villena y Titto Almora

Hay dos puestos públicos fundamentales que controla la derecha a través del titular de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla, y que le permite poner un candado a las reformas salariales en empresas y entidades públicas como Serpost, Corpac y Essalud, que dependen del Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (Fonafe), lo que sin duda contribuye a la conflictividad laboral, cuando al Presidente Humala le conviene más bien reducirla.
Me refiero por un lado, al puesto de Ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, en manos hoy de José Villena, quien impidió desde el MEF la reestructuración salarial de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional.
Villena, desde su ubicación en el gabinete, tiene a su cargo los conflictos laborales, y con ello la responsabilidad de facilitar los procesos de acuerdo entre las gerencias de las empresas públicas y los trabajadores de las mismas.
Precisamente, hace poco más de una semana, Villena logró sacarse de encima al viceministro de Trabajo, Pablo Checa, algo que se propuso desde que llegó al cargo en diciembre del 2011, porque Checa y su gente (expertos del mundo del trabajo que apoyaron a Ollanta desde la elaboración de sus propuestas laborales de campaña) lograron contener la lógica antilaboral del ministro en el campo de los conflictos.
Ahora que Villena está terminando de tomar el control del Viceministerio de Trabajo solo le falta deshacerse del laboralista Enrique Fernández Maldonado (todavía Director de Conflictos Laborales del Ministerio) quien ingresó con Checa. Para lograrlo, está en pared con el diario Correo en una campaña incesante de difamación.
El otro puesto clave que controla la derecha en este tema, es el del Presidente Ejecutivo de Fonafe, que ocupa hoy Titto Almora, quien en pared con Villena se encarga de poner en aprietos a las empresas públicas, pues tiene la última palabra en un aumento o una ampliación presupuestal.
Recientemente, Almora se negó a aprobar el acuerdo al que llegaron los trabajadores y la gerencia de Serpost para resolver el pliego de reclamos, que tenía como punto central subir los miserables salarios que ganan los trabajadores postales del Perú.
Y esa negación de Almora fue hecha a pesar de que no se afectaba el equilibrio financiero de Serpost y de que Fernández Maldonado (a través de los extraprocesos en el ministerio de Trabajo) había logrado que esa empresa pública y sus trabajadores se pongan de acuerdo para retomar el clima de paz laboral. Es incomprensible la actitud de Almora de negarle el visto bueno a esta resolución de conflicto, al propio gerente general de Serpost, quien le envió la carta para terminar con el procedimiento de negociación.
De igual modo, Almora se demoró casi cuatro meses en aprobar una ampliación presupuestal de Essalud, a pesar que le obliga a mantener una reserva técnica de 200 millones de soles, cuando hay un gran déficit de infraestructura y equipamiento en el seguro social.
Villena y Almora deberían dejar sus cargos para equilibrar el enorme poder de la derecha en el gobierno, y permitirle al Presidente tener más libertad para manejar a su burocracia y cumplir con sus ofertas electorales.

domingo, 19 de agosto de 2012

Ilusiones económicas

Hace unos días se desató un entusiasmo –en mi opinión desproporcionado- por las cifras de crecimiento económico de junio, de 7.07 por ciento, difundidas por el INEI.
Nuevamente escucho cosas como que estamos blindados ante la crisis mundial y que vamos a ser el país en la región que más crece mientras la crisis azota al resto.
Lamento no compartir ni un poco ese entusiasmo, pues recuerdo claramente como luego de alcanzar cifras de crecimiento de dos dígitos entre junio y septiembre del 2008, nos fuimos a cero en febrero 2009 y a -1.7 en abril de ese mismo año; en una tendencia de desaceleración económica estrepitosa desde septiembre del 2008, cuando cae el Lehman Brothers y se produce la contracción del crédito en los Estados Unidos.
Es que nuestra economía es tan precaria y dependiente que no es verdad que mientras los demás caen, nosotros seguimos en pie. Esa es una ilusión, y no hay mejor prueba que el recordar que en el 2009, el Perú fue uno de los países de la región que más se desaceleró. Pasamos de una velocidad de 9.8% en el 2008, a una de 0.9% en el 2009. Y eso que si no se hubiese cambiado la metodología del INEI justo ese año, muchos expertos afirman que esa cifra llegaba al -1.2%.
El pasar de casi 10 puntos crecimiento a casi cero, demuestra que en la economía peruana no hay nada seguro por delante. Además, hay que tomar en cuenta que tanto en el 2008 como ahora, estamos viendo una subida considerable del precio mundial de los alimentos.
Esa inflación importada, hizo que el ministro de economía de entonces, Luis Valdivieso, cometa la torpeza de “modular” el gasto, justamente cuando el ciclo económico mundial indicaba lo contrario.
Lo preocupante es que ya sabemos que así gastemos a toda máquina este año, terminaremos igual con superávit fiscal enorme, debido a la pésima gestión de Castilla en impulsar el gasto y la inversión pública.
Pero lo más peligroso es que esa subida de precios de los alimentos aliente a Estados Unidos y Europa (más deterioradas que en el 2008) a frenar la inflación subiendo la tasa de interés referencial del Banco Central Europeo y la Reserva Federal respectivamente, que hoy están cercanas a cero. 
Y sin necesidad que lleguen a sus niveles históricos, la subida de esas tasas será un duro golpe a los precios de los minerales que el Perú exporta.
Con un panorama en el que caen los precios de los metales y sube el de los alimentos, sumado al achicamiento de los mercados mundiales y el repliegue de los capitales a las economías centrales, estaremos en un aprieto de envergadura.
Lo raro es que durante todo julio y lo que va de agosto, muchos analistas han advertido de una ralentización de la economía peruana. Una muestra de ello es la caída de las exportaciones. Sin embargo, ahora muchos celebran lo bien que le ha ido al Perú en junio (hace dos meses). Es como si estuviéramos viviendo una ilusión económica.

domingo, 12 de agosto de 2012

Otra vez Villena la carga

¿Por qué el ministro de Trabajo, José Villena, mete las narices en el sector educación y sale con el pie en alto contra el magisterio con frases como “maestro que no se someta a la evaluación será despedido”? ¿Estará operando de nuevo como cuando desbarató la reestructuración salarial de las Fuerzas Armadas durante el premierato de Lerner?
Villena, que no conoce a cabalidad los asuntos de la educación peruana, ha salido a atacar a los profesores y al mismo tiempo a desautorizar a la ministra de educación, Patricia Salas, en el asunto de la nueva Ley de Desarrollo Docente propuesta por el Ejecutivo. 
La ministra debe tener en cuenta que Villena desbarató desde el MEF de Castilla, el aumento a los militares y policías. No sería raro –con ese antecedente- que nuevamente lo hayan instruido para acabar con el incremento para los profesores.
En ese camino, han convencido al presidente de que el ministro de Trabajo debe ayudar a Salas a sustentar el proyecto de ley. Pero más que apoyarla, le jala la alfombra al mismo tiempo que ataca al Sutep y refuerza la idea del exministro aprista Chang, de que la culpa de los problemas de la educación la tienen los maestros. 
Villena desliza en sus declaraciones cosas como que los profesores no quieren evaluarse, lo que la prensa DBA ha recogido encantada, a fin de crear una masa crítica en contra de la nueva ley docente. Las recientes encuestas señalan que mucha gente (sin conocer ni pío sobre el tema) empieza a re-chazar la reforma Salas.
Siendo francos, Villena está en Trabajo como premio por haber acabado con la propuesta de reforma de la estructura salarial y pensionaria de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional (hecha por el ministerio de Defensa), cuando se desempeñaba como funcionario del ministerio de Economía y Finanzas y había sido encargado por el ministro Castilla para meter miedo con el cuento del riesgo fiscal.
Villena operó audazmente –el segundo semestre del 2011- contra el aumento en la remuneración básica de los miembros de los institutos armados, argumentando que eso iba a impactar en las pensiones por el efecto espejo de la cédula viva. 
No consideraba que en casi todo el mundo, los militares tienen ese régimen. Ni miraba la propuesta de los técnicos del ministerio de Defensa para rescatar la Caja Militar Policial aumentando los aportes de los militares activos. 
Villena decía que un general que está en su casa no puede ganar lo mismo que el que está en la guerra, o peor aún, afirmaba que la gente últimamente está viviendo cada vez más. Eso revelaba que ni se aproxima a entender el concepto de “pensión”.
Villena defendía la propuesta de hacer permanente un bono que había dado el gobierno de García, lo que en la práctica no era ningún aumento a los uniformados. Castilla y Villena lograron así que Humala rechace la propuesta de Defensa, pero no evitaron que el presidente se diera cuenta de que la propuesta del MEF era una farsa y finalmente no dio luz verde a ninguna de las dos. Ahora el gobierno ha pedido facultades para legislar sobre la materia.
Al fin y al cabo la operación de Villena hizo que no haya aumento alguno para los militares en el primer año de gobierno, ¿logrará esta vez sabotear el aumento a los maestros?

domingo, 5 de agosto de 2012

El cuento del gas

Luego que en el discurso presidencial del 28 se mandara al diablo la propuesta del gasoducto andino, la dupla de la española Repsol y la norteamericana Hunt Oil le han ganado la partida a la estatal Petroperú y su proyecto Kuntur.
Se ha sustituido un proyecto armado y con financiamiento, por una discusión en el Congreso, mandándolo a las calendas griegas. Al mismo tiempo se asegura el negocio del gas a las mismas trasnacionales de siempre. Eso no tiene coherencia con el anuncio del presidente, hace menos de un mes en Quillabamba, sobre la inminente construcción del gasoducto y por esa vía la masificación del gas en el sur. 
El esquema exportador del gas quedará intacto, a pesar que revertirlo fue la principal bandera del candidato Humala, tanto en primera como en segunda vuelta, del 2006 y del 2011. La lógica de no confrontación con la que empezó su última campaña electoral, lo ha llevado a ceder poco a poco todo, llegando al límite en el caso del gas.
Es que la cancelación del gasoducto andino es la fresa en la torta preparada por el ministro Castilla de Economía y Merino de Energía y Minas, operadores de grupos de poder como los que están lucrando excesivamente con el gas peruano.
El cuento comenzó con las negociaciones para recuperar el lote 88, donde el gas es más barato, porque la Schell lo descubrió y se fue (regalo de Dios). Yo mismo entrevisté en enero a Aurelio Ochoa (recientemente salido de la presidencia de Perupetro por presión de Merino). Me dijo que el Consorcio Camisea (Repsol, Hunt Oil y compañía) no tenía nada que ofrecer y que por eso se habían suspendido las tratativas en ese momento. 
Se refería a que el consorcio no tenía la intención de orientar ese gas barato al mercado peruano. Meses más tarde, como el presidente tenía que mostrar algo en esa especie de checklist que hace de ciertas ofertas electorales de la Hoja de Ruta (la mayoría convertida en caricatura como Pensión 65), le hicieron creer que ya se había recuperado el lote 88, solo porque una carta del consorcio decía que remplazarían ese gas (prendado en el sistema financiero a condición de su exportación) por el de otro lote. Esa promesa que sigue sin cumplirse, se anexó al contrato vía decreto supremo y esa farsa se pasó como la tan ansiada recuperación del gas.
Luego vino lo bueno. Ochoa descubrió que Repsol estaba exportando el gas a otro destino y a un precio mayor que el declarado, dejando de pagar millones en regalías al Estado (la mitad al Cusco).
Ochoa mandó una carta de intimación que podía poner fin al contrato, lo que enfureció a Repsol y a Merino, que vieron la manera de dilatar todo vía arbitraje y de paso bajarse a Ochoa. Total, tenían la sartén por el mango con lo del lote 88 al mejor estilo de un chantaje.
Lo que viene parecer ser la salida de Campodónico de Petroperú y todo quedará consumado. Porque la derecha no solo festeja la continuidad del modelo económico, sino que con la espada desenvainada exige todo.
De yapa se termina de dar forata a la alianza con Brasil. Además de preferir los aviones KT1 de Corea del Sur en lugar de los súper tucanos brasileños hace unos meses, Ollanta dice ahora a Odebrecht (Kuntur) que en el tema del gas no van. Con ello se aleja de Unasur y fortalece los lazos con Estados Unidos. Vaya.