domingo, 8 de julio de 2012

El Arco del Atlántico

Me queda claro - cuando el gobierno reafirma la opción neoliberal de armonizar TLCs con los países pro Washington del continente (Alianza del Pacífico); suscribe otro con la Unión Europea sobre endeudada (Acuerdo Multipartes); y abre más negociaciones de este tipo - que la política exterior peruana es definida en realidad por el MEF y el MINCETUR, por lo menos en lo que ha integración se refiere.
Dichos ministerios han reducido el concepto integración a lo puramente comercial hace años, con una idea de globalización que consiste en integrarse a los grandes mercados en lugar de mirar a Sudamérica. Pues, eso de la alianza “a lo norteamericano” con Chile, Colombia y México (Arco del Pacífico), solo le hace el juego Estados Unidos en su afán por frenar la ofensiva integradora de los ejes Brasilia y Bolivariano, con mucha fuerza en la primera década del Siglo XXI. Lo que permitió enterrar el Alca, fortalecer el Mercosur y la Unasur, y crear espacios más recientes y audaces como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en oposición a la vieja OEA.
En esa disputa en la que Estados Unidos petardea el Alba y la Unasur, es que se explican los golpes de Estado en Honduras (2010) y Paraguay (2012), y la Alianza del Pacífico (2011). Sin embargo, luego de la última ofensiva que sacó a Lugo del poder, el bloque regional anti TLC que se agrupa en el Mercosur ha decidido dar respuesta, incluyendo en su integración aduanera a Venezuela.
Con ello, suman en un territorio, al que ya algunos llaman el Arco del Atlántico, los recursos energéticos e industriales más importantes de América Latina. Además un modelo de grandes empresas en las que participa junto al capital privado, el público (Multilatinas). En buena cuenta la idea del Arco del Atlántico es mucho más relevante que el simple hecho de ponerse a la cola de los gringos (Arco del Pacífico). Se trata de que América del Sur sea uno de los polos en el mundo multipolar que nos está dejando la redefinición de hegemonías de la crisis global.
Se plantea también, la defensa de los recursos naturales como un eje central. Eso lo ha expresado claramente el recientemente nombrado Secretario General de la Unasur, Alí Rodriguez, quien maneja la hipótesis, nada descabellada, de que un potencial conflicto en esta parte del mundo tenga como eje la apropiación de las riquezas naturales.
La entrada de Venezuela en Mercosur traerá algunos problemas a los exportadores peruanos de textiles que dirigen su producción allí, pues este espacio es una unión aduanera (lo que dicho sea de paso le permite protegerse como bloque ante los golpes de la crisis global) que maneja un arancel externo común y lógicamente Venezuela lo adoptará. Ojo que Bolivia ha pedido también su inclusión y para nadie es un secreto que Ecuador pretende hacer lo propio.
Hace un par de días el Canciller peruano ha deslizado la iniciativa de fortalecer los vínculos con Mercosur, pero difícilmente podrá convencer al MEF y al MINCENTUR, para quienes eso sabe a Chávez y cuyo dogma es firmar TLC, proteger al gran capital y estar detrás de la UE y Estados Unidos.

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