domingo, 27 de noviembre de 2011

Minería sí, pero no como sea y Conga no va

¿Qué sentido tiene oponerse a la revisión del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto minero Conga?, mucho menos sabiendo que fue aprobado durante el quinquenio, del perro del hortelano y los faenones, que presidió Alan García. Además de que algunos especialistas legales afirman que en el caso particular de Conga, el EIA es nulo porque fue aprobado por un asesor ministerial y no por el director respectivo del Ministerio de energía y Minas durante la gestión pasada. Así que argumentos jurídicos hay, si queremos frenar el chantaje de posible una demanda de Yanacocha en el CIADI, que nos costaría cientos de millones.
¿Acaso en países como Canadá, Australia o Chile, donde se lleva a cabo la explotación minera supuestamente con mayores responsabilidad y estándares, alguien en su sano juicio desde la prensa, la política o la economía pondría reparos para revisar un EIA cuestionado?
Sin embargo en el Perú, los extremistas del capital y sus operadores de prensa ponen el grito en el cielo cuando el ministro del Ambiente, Ricardo Giesecke, señala enfático que Conga puede ir, pero no de cualquier manera. Es decir, ni siquiera están dispuestos a que Yanacocha brinde garantías certeras del menor impacto posible en la cabecera de la cuenca donde está el oro que tanto ansían.
Es que la reacción peruana es tan radical, que no entiende la desconfianza de la población cajamarquina, que ha visto en los últimos veinte años la proliferación de la minería en buena parte de su territorio, soportando contaminación, falta de agua, atropellos, represión y una buena cantidad de impactos desde que Yanacocha ha hecho de Cajamarca su campamento.
No olvidemos, que esa empresa tiene una larga historia de hostilidad y conflictos con el pueblo de Cajamarca. Y lo ha dicho muy bien, el padre Marco Arana el jueves en la noche, entrevistado por uno de los más representativos radicales pro mineros del periodismo nacional. Arana ha hecho un recuento de casos emblemáticos como la contaminación de los pobladores de Choropampa por un derrame de mercurio a comienzos de siglo; la muerte de truchas por arsénico y mercurio en la Granja Porcón; la afectación del lago Totaracocha; entre decenas de afectaciones.
¿Cómo creer a Yanacocha cuando nos dice que no va a haber mayor impacto en el abastecimiento de agua si es que se sabe que la laguna El Perol va a ser destruida y que nadie sabe bien de qué se trata eso de la construcción de una nueva laguna artificial de arcilla? Además, como Cajamarca ya está llena de concesiones mineras, Conga no debería ir.
No soy antiminero y creo firmemente que debemos aprovechar nuestros recursos, pero no a cualquier costo, ni mucho menos en un esquema en el que una empresa trasnacional aliada de una familia importante de la burguesía nacional, se llenan los bolsillos con nuestro oro y nos deja un sencillo respecto de lo que se lleva. Y claro con ese mundo de plata compran a medio mundo para que les haga propaganda en contra de los intereses de la nación peruana.
Es el momento de ajustar cuentas con los grandes mineros, hacer un reordenamiento territorial adecuado e incluso revisar la Ley General de Minería. Eso es lo que nos dice el Paro de Cajamarca. Y me temo que si no lo hace el gobierno, lo hará el pueblo.

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