domingo, 7 de agosto de 2011

Las reservas en peligro

Los que creen que la economía peruana es sólida y que la crisis global no nos pegó, se equivocan. El 80% de nuestras exportaciones son materias primas cuyos precios no controlamos. Representan el 20% de los ingresos fiscales y mantienen las cuentas externas en azul. Siendo sinceros, si no fuera porque los términos de intercambio cayeron solo al inicio de la crisis, la economía peruana estaría hasta ahora en declive.
Nada impidió el tremendo frenazo del crecimiento económico del 2009 (0.9%) respecto del 2008 (9.8%), fruto de la salida de capitales, la contracción de la demanda internacional y la caída de los precios de los minerales durante algunos meses. Con todo, pasamos piola la primera etapa de una crisis mundial que sigue abriéndose como una flor y que mostrará su peor cara en los meses que vienen.
Y aunque muchos afirmen que nuestras reservas internacionales son suficientes para enfrentar un nuevo golpe, yo disiento. Éstas pueden volverse puré de un día para otro si no tomamos la precaución de ponerlas a resguardo ya.
La liquidez total del Banco Central de Reserva del Perú (BCR) medida en dólares, alcanza los 47 mil 577 millones. El 81.3% está efectivamente denominado en esa moneda y poco menos del 70% invertido en bonos del Tesoro Norteamericano. O sea, la mayor parte de nuestras reservas están en una moneda que se desmorona y en activos que afrontan serios problemas de confianza, a punto de perder su calificación AAA.
Hace tiempo que Estados Unidos paga casi cero por nuestros depósitos, lo que se traduce en un costo de oportunidad enorme para el Perú, con el cuento de que el “Tesoro” es lo más seguro del mundo y como dice la teoría: a mayor solidez, menor rendimiento.
Pues bien, esa seguridad está a punto de irse al tacho junto con nuestras reservas. Y si no buscamos protegernos mediante un fondo de estabilización monetaria u otro mecanismo de seguridad financiera en el marco de la UNASUR, estaremos a merced de la tormenta.
Pero eso le suena a herejía al credo neoliberal. No por nada, García antes de irse, junto al BCR de Velarde, impidieron con su voto que el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) pase a ser presidido por Ecuador y se convierta en el instrumento idóneo contra la debacle del dólar.
Porque para afrontar la siguiente etapa de la crisis será vital una nueva arquitectura financiera sudamericana. Lo malo es que con un Banco Central presidido por un hombre del Fondo Monetario Internacional o sea de Estados Unidos, se obstaculiza que el Perú se vincule a esta construcción contra hegemónica. Y ese, es el mayor peligro de mantener a Julio Velarde allí.

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