domingo, 19 de agosto de 2012

Ilusiones económicas

Hace unos días se desató un entusiasmo –en mi opinión desproporcionado- por las cifras de crecimiento económico de junio, de 7.07 por ciento, difundidas por el INEI.
Nuevamente escucho cosas como que estamos blindados ante la crisis mundial y que vamos a ser el país en la región que más crece mientras la crisis azota al resto.
Lamento no compartir ni un poco ese entusiasmo, pues recuerdo claramente como luego de alcanzar cifras de crecimiento de dos dígitos entre junio y septiembre del 2008, nos fuimos a cero en febrero 2009 y a -1.7 en abril de ese mismo año; en una tendencia de desaceleración económica estrepitosa desde septiembre del 2008, cuando cae el Lehman Brothers y se produce la contracción del crédito en los Estados Unidos.
Es que nuestra economía es tan precaria y dependiente que no es verdad que mientras los demás caen, nosotros seguimos en pie. Esa es una ilusión, y no hay mejor prueba que el recordar que en el 2009, el Perú fue uno de los países de la región que más se desaceleró. Pasamos de una velocidad de 9.8% en el 2008, a una de 0.9% en el 2009. Y eso que si no se hubiese cambiado la metodología del INEI justo ese año, muchos expertos afirman que esa cifra llegaba al -1.2%.
El pasar de casi 10 puntos crecimiento a casi cero, demuestra que en la economía peruana no hay nada seguro por delante. Además, hay que tomar en cuenta que tanto en el 2008 como ahora, estamos viendo una subida considerable del precio mundial de los alimentos.
Esa inflación importada, hizo que el ministro de economía de entonces, Luis Valdivieso, cometa la torpeza de “modular” el gasto, justamente cuando el ciclo económico mundial indicaba lo contrario.
Lo preocupante es que ya sabemos que así gastemos a toda máquina este año, terminaremos igual con superávit fiscal enorme, debido a la pésima gestión de Castilla en impulsar el gasto y la inversión pública.
Pero lo más peligroso es que esa subida de precios de los alimentos aliente a Estados Unidos y Europa (más deterioradas que en el 2008) a frenar la inflación subiendo la tasa de interés referencial del Banco Central Europeo y la Reserva Federal respectivamente, que hoy están cercanas a cero. 
Y sin necesidad que lleguen a sus niveles históricos, la subida de esas tasas será un duro golpe a los precios de los minerales que el Perú exporta.
Con un panorama en el que caen los precios de los metales y sube el de los alimentos, sumado al achicamiento de los mercados mundiales y el repliegue de los capitales a las economías centrales, estaremos en un aprieto de envergadura.
Lo raro es que durante todo julio y lo que va de agosto, muchos analistas han advertido de una ralentización de la economía peruana. Una muestra de ello es la caída de las exportaciones. Sin embargo, ahora muchos celebran lo bien que le ha ido al Perú en junio (hace dos meses). Es como si estuviéramos viviendo una ilusión económica.

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