domingo, 27 de enero de 2013

La importancia del CELAC-UE

Me ha dado mucha risa el artículo que ha publicado Mariano Rajoy, jefe del gobierno español de visita por Lima, en El Comercio el jueves pasado. Se pone a pontificar sobre las bondades del crecimiento económico peruano como quien da clases. Rajoy dice algo como así se hace muchachos, y al mismo tiempo España tiene a millones de españoles sin empleos y está que se desbarranca con una deuda que supera en varias veces su producción. España cruza los dedos para no quebrar, aunque en quiebra están hace rato. 
Están hasta las patas. Pero ojo, España hace cinco años mostraba las mismas cifras macroeconómicas que el Perú. 
Con todo, el artículo de Rajoy es cómo escrito por alguien que tiene éxito, que en el caso de España son puras cifras en rojo. Francamente, Es como para que se lleve la “concha del año”. 
Pero así es el colonialismo, y eso no solo se muestra en sus palabras, sino en que los bancos españoles como el BBVA, Santander y otros hacen miles de millones en América Latina, para luego repatriar sus utilidades para contribuir en algo con la hecatombe ibérica. Es como que nos dice: sigan así muchachos, sigan financiando nuestras deudas. 
Es que según especialistas como el mexicano Manuel Pérez Rocha, el BBVA hace aproximadamente el 30 por ciento de sus utilidades solo en México. En el Perú pasa lo mismo, con las tremendas tasas que cobran a través de sus tarjetas de crédito y otros productos financieros. Ni que decir de Telefónica. La hacen linda por estas tierras. 
Y todo eso tiene que ver con los intereses que se muestran en el Acuerdo Multipartes que ha firmado la Unión Europea con Perú y Colombia, y con el Acuerdo de Asociación (AdA) que ha suscrito con Centroamérica. 
Están buscando mercados y beneficios para sus inversiones, con el fin de generar utilidades en otras regiones para amenguar la tremenda crisis económica que afrontan. 
Es por eso la importancia que en Santiago de Chile se produzca la I Cumbre CELAC-UE y no un sétimo encuentro ALC-UE. Eso es un símbolo de lo que se ha avanzado en una década, desde que aparecieron los primeros gobiernos progresistas en la región. 
Pues tras seis reuniones bianuales entre los países de Europa y los de este lado del planeta, es la primera vez que Nuestra América se presenta como un solo bloque, bajo el sombrero de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). 
A diferencia de las seis citas anteriores con Europa: ALC-UE (1999, 2002, 2004, 2006, 2008 y 2010) donde los Estados europeos asistían con intereses en bloque, y los de nuestra región sin mayor articulación compitiendo muchas veces en el ámbito bilateral; en esta ocasión, los intereses de los países de América del Sur, Mesoamérica y El Caribe se presentan al menos reunidos en una gran instancia. 
No quiere decir que por arte de magia, las visiones de países como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Brasil o Argentina, sean las mismas que las de México, Perú, Chile o Colombia en temas como los del comercio. Pero al menos se articularon las grandes coincidencias regionales en el caso de la migración, la cooperación, la inversión en tecnología o el diálogo político bajo una gran voz.

domingo, 20 de enero de 2013

Otra vez la trampa de las reservas

Muchos analistas han celebrado que el Perú haya terminado el 2012 con 63 mil 991 millones de dólares de reservas internacionales. Lo que en su mirada nos hace menos vulnerables frente a la crisis de las economías desarrolladas. A nivel regional, el Perú ocupa el segundo lugar en nivel de reservas respecto del PBI con un 32%. Muy por encima de sus socios de la Alianza del Pacífico: Chile (15%), México (14%) y Colombia (8%). 
Solo nos gana Bolivia con casi 50% de su PBI como reservas internacionales. Muchos propagandistas del modelo de los TLC y la echada ante la inversión extranjera, esconden este último dato, porque los bolivianos tienen más reservas que nadie respecto de su producción por estos lares, y a ellos no les tiembla la mano para nacionalizar, salirse del CIADI, denunciar Tratados de Protección de Inversiones y repudiar TLCs. 
Pero al margen de quién tiene más plata para equilibrar la balanza de pagos o intervenir en el tipo de cambio, ¿acumular tantas reservas es bueno para el Perú, con tantos déficits que cubrir y donde millones viven en crisis hace décadas? 
El Perú tiene demasiadas reservas, lo que le origina altos costos (de oportunidad y financieros) que deben calcularse. 
La mayor parte de reservas internacionales que tiene a su cargo el BCRP, están invertidas en valores de corto y largo plazo (49 mil 118 millones de dólares), la mayoría emitidos por el Tesoro de los Estados Unidos, que se da el lujo de pagarnos casi 0% de interés, porque por una convención del sistema (hoy en crisis) esos papeles tienen la calificación AAA. 
En cambio, en oro (cuyo precio ha subido sostenidamente) solo tenemos el equivalente a 1 mil 675 millones de dólares. Ni el 5% de la posición de cambio de nuestras reservas. 
Asimismo, de los 63 mil 991 millones de dólares de reservas, solo le pertenecen al Estado peruano 46 mil 63 millones (posición de cambio), pues el resto (17 mil 928 millones) son obligaciones de corto plazo con residentes, en donde están los encajes bancarios por ejemplo. O sea plata de privados. 
De lo nuestro, el 65% está nominado en dólares, con todo el costo financiero que ocasiona su volatilidad. Basta decir que en los últimos 10 años esa moneda se ha depreciado en casi 30% respecto al sol. 
¿Qué hace casi toda nuestra plata de reserva en bonos del tesoro gringo y en dólares? 
La gestión de las reservas podría incluir financiar proyectos rentables en el Perú, y servir al mismo tiempo de aporte para una nueva arquitectura financiera regional con fondos de estabilización monetaria, fondos para bonos, etc. en América del Sur, en lugar de contribuir a cubrir el déficit norteamericano. 
Eso de festejar en automático el alto nivel de las reservas porque sí, y encima enseñarles a los estudiantes de economía en el país que lo hagan, es patético. En países como Argentina hace rato entraron al debate y ya hay propuestas como las que dicen que el nivel óptimo de reservas es de solo el 10% del PBI para atender a las crisis externas. El resto origina más costos que beneficios.

domingo, 13 de enero de 2013

El Congreso y el modelo

Qué triste que más importante que el debate del presupuesto público en el Congreso, haya sido el propio salario de los congresistas. La gente, desde el gerente de un banco hasta el guardián de un edificio, sabía que los parlamentarios se estaban doblando la remuneración. En cambio muy pocos son los que se enteran que el presupuesto 2013, así como todos los anteriores, se aprobó en el Parlamento Nacional en noviembre pasado (en realidad poco se puede hacer con el presupuesto allí, ya que todo lo define el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), con eso de que el Congreso no tiene iniciativa de gasto, según la Constitución fujimorista de 1993.Entonces, ¿para qué sirve un Congreso como el que tenemos si hasta los cambios en la legislación tributaria del 2012 fueron hechos por el Ejecutivo vía Decreto Legislativo?
Lo tributario y fiscal, que hace siglos hiciera que se creara la institución de representación ciudadana en Inglaterra, son los temas que el Congreso peruano o no discute, o no tiene la capacidad de encarar.
Pero no se trata de elegir mejor. Lo que pasa es que el modelo económico neoliberal requiere precisamente de Congresos endebles, raquíticos, que no discutan, que no hagan política, sino politiquería; mientras que la tecnocracia maneja desde el Poder Ejecutivo todo el país.
Un Congreso que represente bien, sería el peor obstáculo para mantener el modelo neoliberal. Por eso a los Castilla y compañía, les es funcional un Congreso mediocre.
¿Quién fue el presidente de la Comisión de Presupuesto que aprobó sin chistar la propuesta del MEF para el 2013? El oficialista Josué Gutiérrez, que estaba con tremendo roche por haber acompañado a Alexis Humala en el famoso viaje a Rusia. Ese era el perfil ideal que necesitaba Castilla para que pase sin problemas su propuesta que prioriza el superávit antes que los derechos de la población.
Un Congreso que realmente represente la correlación de fuerzas que se impuso el 5 de junio del 2011, discutiría cosas como:

1. La denuncia del CIADI y los tratados bilaterales de protección de inversiones (TBI) que mantenemos con varios países de donde provienen los grandes capitales que se enriquecen en el Perú. Por ejemplo, Telefónica. Con España tenemos un TBI y por eso se amenaza al gobierno con una demanda internacional si no se renueva su concesión o se le cobra lo que debe a la Sunat.

2. El régimen de los recursos naturales en el país, buscando modificar el artículo 66 de la Constitución, que señala que los concesionarios de dichos recursos tienen derechos reales sobre ellos.

3. El fin del rol subsidiario del Estado, para que las empresas estatales estratégicas (las existentes y las que vengan) puedan ser fortalecidas en serio.

4. Una reforma tributaria de verdad y la eliminación de los candados constitucionales que impiden que el Congreso defina el presupuesto.

Eso y un largo etc. de reformas institucionales es lo que debe discutir el Congreso que merecemos. Pero mientras el modelo económico que genera extrema riqueza en la minoría siga vigente, tendremos este modelo congresal inútil y mediocre.